Se engarzan en este libro dos crónicas-relato y un diario,
que corresponden a otras tantas etapas de la vida y la carrera
diplomática del autor, escritas durante los años
60.El primero representa un ejercicio literario derechazo a la
atmósfera enervante de un trópico desvaído
y americanizado. El Madrid es ya un ejercicio de pura
nostalgia desde el exilio de un Oriente banalizado e insulso
;
ambos relatos están teñidos del pensamiento existencialista
tan en boga cuando se escribieron. Finalmente, La Desazón difícil
de encansillar se nos presenta como un cuaderno de bitácora
(que se sitúa entre el aforismo y la evocación) enhebrado
con materiales heterogéneos (lecturas, reflexiones, sueños
)
que tienen como hilo conductor el de la urgencia en recobrar y
afianzar certidumbres, que se viven como profundamente amenazadas.
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